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Post By Betty
Hoy quiero compartir acerca del perdón. Hace anos escuchaba a un predicador famoso. Contaba acerca de pedirle perdón a su hijo. En especial porque siendo ministro, el Espíritu Santo lo había inquietado hacerlo. El hermano compartía que muchas veces como adultos pedimos perdón a nuestros compañeros de trabajo, amistades, pero nos falta pedir perdón entre nuestra propia familia. Pero la realidad era que para que nuestros hijos supieran que Jesus es real y real en nuestras vidas como creyentes, era algo que teníamos que practicar. Un arrepentimiento genuino era necesario. No importando su edad, era necesario.
Siendo honesta, puedo decir que como madrastra pedir perdón a nuestros hijastros puede ser algo difícil. Puedes decir que la razón la tienes tu, que la culpa de que les hayas gritado es suya. Sin embargo, ellos te están viendo a ti y tus actitudes. En mi caso, esta semana pasada lo tuve que hacer de nuevo. Fue incomodo para mi pero algo necesario. Platicamos y al momento no me perdonó, pero en la mañana ya las cosas estaban bien. Hubiera podido dejar y mantener una atmósfera de dolor e incomodidad, pero decidí hacerle caso a la voz de Dios.
Un punto que quiero tocar es que debemos de saber que nuestro carácter es dado por el Señor. Hay aveces que los hijastros pueden ser groseros o desobedientes, pero muchas veces ellos son niños. Las adultas somos nosotras.. No hay nada malo en tener barreras de respeto establecidas, pero muchas veces Dios nos llamara a nosotros a ser el ejemplo y nos inquietara a pedir perdón primero. Admitir que cometiste un error y pedir perdón es demostrarles a ellos que Jesus es real en tu vida. Aunque a lo mejor ellos no sean creyentes, no dudes de las semillas que el Señor plantara en ellos por tu obediencia a la Palabra de Dios. Sean bendecidas.
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Hoy quiero compartir acerca del perdón. Hace anos escuchaba a un predicador famoso. Contaba acerca de pedirle perdón a su hijo. En especial porque siendo ministro, el Espíritu Santo lo había inquietado hacerlo. El hermano compartía que muchas veces como adultos pedimos perdón a nuestros compañeros de trabajo, amistades, pero nos falta pedir perdón entre nuestra propia familia. Pero la realidad era que para que nuestros hijos supieran que Jesus es real y real en nuestras vidas como creyentes, era algo que teníamos que practicar. Un arrepentimiento genuino era necesario. No importando su edad, era necesario.
Siendo honesta, puedo decir que como madrastra pedir perdón a nuestros hijastros puede ser algo difícil. Puedes decir que la razón la tienes tu, que la culpa de que les hayas gritado es suya. Sin embargo, ellos te están viendo a ti y tus actitudes. En mi caso, esta semana pasada lo tuve que hacer de nuevo. Fue incomodo para mi pero algo necesario. Platicamos y al momento no me perdonó, pero en la mañana ya las cosas estaban bien. Hubiera podido dejar y mantener una atmósfera de dolor e incomodidad, pero decidí hacerle caso a la voz de Dios.
Un punto que quiero tocar es que debemos de saber que nuestro carácter es dado por el Señor. Hay aveces que los hijastros pueden ser groseros o desobedientes, pero muchas veces ellos son niños. Las adultas somos nosotras.. No hay nada malo en tener barreras de respeto establecidas, pero muchas veces Dios nos llamara a nosotros a ser el ejemplo y nos inquietara a pedir perdón primero. Admitir que cometiste un error y pedir perdón es demostrarles a ellos que Jesus es real en tu vida. Aunque a lo mejor ellos no sean creyentes, no dudes de las semillas que el Señor plantara en ellos por tu obediencia a la Palabra de Dios. Sean bendecidas.

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